INTRODUCCIÓN:
Es un tema mental y técnico que se construye alrededor de tres principios básicos: conocimiento, adaptabilidad y humildad. Sin embargo, las personas que lo practican ya no desean ser ermitaños, sino reconectar con lo que es verdaderamente vital: usar sabiamente la abundancia de recursos naturales, dominar las habilidades básicas, alcanzar la serenidad que solo la naturaleza puede ofrecer. Esencialmente, el Bushcraft representa la libertad individual total de las personas hacia su entorno ambiental. Habilidades como encender un fuego sin las herramientas modernas a tu disposición, construir refugios, identificar qué plantas son más útiles, incluso obtener agua limpia, son habilidades técnicas; lo que distingue a un verdadero practicante es cómo se enfrenta al mundo. El Bushcraft incluye más que solo saber sobrevivir en un día particular, y se trata de aprender a vivir la vida de manera segura en el bosque y en la vida. Cada método en sí mismo es una lección de disciplina, paciencia y autorregulación. En la era de la velocidad hiperrápida, obsesionada con la tecnología, estas son habilidades que son más vitales que nunca. Autonomía del yo: El Bushcraft se basa en el principio de la autosuficiencia. La capacidad de resolver problemas con lo que está disponible y usar la originalidad, la observación y la práctica. Eso no significa hacer todo lo que tus intereses personales requieren, pero tampoco significa hacer lo que no tienes. Depender de factores externos es extremadamente peligroso en situaciones de supervivencia. En el mundo real, lo mismo: la dependencia emocional o material de entidades externas te debilita enormemente. El Bushcraft nos instruye en la planificación, prácticas anticipatorias y manejo de lo que tienes. Antes de embarcarte en viajes, tienes en cuenta la dirección del viento, los recursos de agua disponibles y si hay algo de material para refugiarse y encontrar fuego. Al igual que en la vida cotidiana, las personas necesitan evaluar qué son y dónde pueden, y no pueden, experimentar antes de actuar. La autosuficiencia no es soledad; es dominio. Manejas tu mente, tus emociones y tus herramientas. Y eso es en lo que se basa la verdadera supervivencia. Observación: la primera habilidad adquirida en el Bushcraft, aunque muchos no se dan cuenta de ello. Miras antes de cortar, encender o construir. La superficie, el clima; sonidos; animales; sombras. Cualquier cosa que parezca minúscula, de alguna manera, es una gran lección. Un gran error a menudo ocurre cuando tenemos el impulso de actuar sin pensar. Y esto es lo que también parece en la vida diaria: la mayoría reacciona sin conocer el contexto.

El Bushcraft enseña a esperar la información correcta. Conocer la dirección del viento, la pendiente del terreno, el drenaje del agua y la caída de las ramas es importante. Aplicado en la vida real, esta observación previene esas decisiones impulsivas que luego cuestan demasiado. «El Bushcraft no recompensa la velocidad, recompensa la precisión». Aquellos que pueden «ver» toman menos riesgos y aumentan las posibilidades de tener éxito en cualquier entorno. Dominio del fuego. El fuego es un símbolo característico del Bushcraft. Pero también es una de las evaluaciones más técnicas y rigurosas que existen. Encender un fuego en circunstancias difíciles, bajo condiciones adversas, no es un accidente sino un proceso meticulosamente medido de paciencia, sabiduría, autocontrol. El fuego dice mucho no solo de algo que es mucho más que solo calor. Te ofrece la lección de que no podemos forzar lo que no está listo. Si la yesca no está seca, si la estructura no respira, si te apresuras, fallas. Y en la vida también, querer acelerar procesos sin una base sólida solo termina en frustración. El fuego requiere respeto. Porque una chispa mal orientada puede erradicar lo que te refugia. Así que el Bushcraft es tanto un aliado como un adversario de cada elemento, dependiendo del manejo de cada elemento. Controlar el fuego es controlarte a ti mismo. Refugio: Quieres en supervivencia y Bushcraft la capacidad de tener un refugio. Sin embargo, no importa cuánto equipo tengas, no saber dónde esconderte del clima (y cómo protegerte de él, particularmente para aquellos en áreas más frías, que pueden dirigirse hacia los meses de invierno) resulta en hipotermia y agotar tus reservas de energía porque estás expuesto a los elementos. Esto es vital recordar, especialmente en otoño e invierno, cuando tenemos noches frescas y días extremadamente fríos. También ten en cuenta que, si no llevas un gorro de lana, primaloft o gorra para cubrir tu cabeza en invierno, perderás hasta el 40% de tu temperatura corporal. Construir un aparato es solo un paso de una técnica más amplia que también se trata de prever las condiciones.

Esto es clave: Orientación al viento y al sol para un refugio efectivo. Cerca de fuentes de agua (no quieres estar demasiado cerca ni demasiado lejos). Aislamiento del suelo de naturaleza térmica. Visibilidad discreta si es necesario. Cada elección está respaldada por una causa y la improvisación, sin ningún análisis previo, es el primer paso hacia el error. Es en este refugio donde aprendemos todas nuestras necesidades y deseos: no te detengas y esperes a estar en peligro antes de comenzar la construcción de tu refugio. La vida sigue como de costumbre: las personas sin refugio para prepararse con anticipación, sin apoyo emocional y mental si no están preparadas, o cuando la tormenta llega en los últimos momentos de existencia, se derrumbarán en el momento. No puedes sobrevivir sin agua. Es ese componente crítico que define la duración de cualquier condición de supervivencia. El experto en bushcraft debe ser capaz de encontrarlo y no solo lidiar con cómo encontrarlo, sino también cómo preservarlo para no infectarse o envenenarse. La filtración básica, la ebullición, la decantación o la purificación química son los métodos básicos. Sin embargo, la prevención es lo más importante: no agotes la fuente; no arruines las cosas; no te confíes demasiado. Hay días en los que cometer un error con el agua puede causar un sufrimiento tan bueno como días en las montañas. En la vida, es lo mismo con los recursos que nos mantienen vivos: energía, motivación, tiempo; si los desperdicias o los contaminas, te debilitas. La presencia física del agua representa claridad mental. El bushcraft enseña que para sobrevivir, debes mantenerla limpia, manejarla bien y apreciar cada gota de ella. Herramientas: Un cuchillo llevado por manos inexpertas es peligroso; un cuchillo manejado por manos hábiles es una extensión de tus brazos. Las herramientas son sagradas en el bushcraft. No por el hecho de que sean útiles, sino por lo que representan: técnica y juicio juntos. Un individuo que compite en bushcraft siempre mantiene todo limpio y ordenado, ya que sabe que cada herramienta conlleva responsabilidad y cuidado. Una hoja desafilada es una mente perezosa. El equipo abandonado es evidencia de falta de anticipación. En el ámbito de lo existencial, solo usas tus herramientas para mantener tus hábitos, conocimientos y decisiones. Se deterioran si no las cuidas bien. Por eso el bushcraft no se limita al equipo físico. Control emocional: Si pierdes la cabeza, no puedes usar ninguna técnica. Por razones de supervivencia, un mal control sobre el miedo, la frustración o la euforia puede resultar tan letal como el frío o el hambre. La práctica del bushcraft exige que uno mantenga el equilibrio emocional. Solo se puede adquirir, y la paciencia es tan necesaria como cualquier herramienta.
Un secreto privado de regulación emocional es que en cada acto de automonitoreo emocional, uno debe reconocer lo que no puede alterar, actuar sobre lo que puede y no acobardarse ante el miedo. Este es el mismo principio en cualquier campo: sin control emocional, no hay liderazgo ni resiliencia. Adaptación: La adaptabilidad es el eje central del bushcraft. Un método que no se adapta a cualquier necesidad no es ninguno, y ciertamente no es relevante. El terreno cambia, el clima también, y tú cambias junto con él. La supervivencia y el bushcraft son prácticas que no dependen de una sola forma de hacer las cosas. Queremos que te des cuenta de que la rigidez mental y la incapacidad de adaptarse cuando las cosas se ponen difíciles es igual de mala y llevará al fracaso. La adaptación se trata de humildad y observación; lo que funcionó ayer podría no servirte hoy. El bushcraft no es una fórmula, sino un ejercicio de fusión de conocimiento con intuición. Tal capacidad de adaptación es precisamente lo que nos permite superar (pasado, presente, así como futuro) crisis personales, laborales y emocionales. «El adaptado no es el más poderoso, sino el que sabe cuándo debe cambiar.» Preparación mental: La supervivencia comienza en la mente, no en la mochila. El entrenamiento mental es lo que más se descuida por parte de las personas que sienten que solo la fuerza física o la habilidad son necesarias. Pero bajo ciertas condiciones, tu fuerza no es lo que llevas contigo, sino lo que tienes dentro de ti; ser capaz de mantener la compostura bajo presión es lo que te mantiene vivo. La visualización, el control de la respiración, el acondicionamiento al frío, la práctica intencional del error, son los pilares del bushcraft psicológico. Aquellos que se involucran en la incomodidad y se alejan de la zona de confort crean resiliencia contra el trastorno emocional. Este principio sigue siendo válido incluso hoy en día: cuanto más confort hay, menos fuerza hay. Solo al enfrentar lo incierto aprendes a dominarlo. El bushcraft te recuerda que no hay desarrollo que no traiga incomodidad. Respeto y sostenibilidad.
Sin embargo, el bushcraft no se trata de dominar el bosque: se trata de compartirlo. Hay una consecuencia para cada acción, y las personas involucradas en estas disciplinas lo saben. No cortes demasiado, no contamines el agua, no dejes rastros. La ética del bushcraft es tan significativa como su técnica. Hay una regla no escrita en estas disciplinas de dejar el entorno mejor de lo que lo encontraste. Así es con las relaciones humanas: si puedes dejar algo o a alguien mejor de lo que lo encontraste, hiciste algo grandioso. Y es la actitud hacia la naturaleza y la propia naturaleza lo que separa al aventurero ordinario del verdadero amante de la naturaleza. El bushcraft actúa como un espejo, sin filtros que oculten su propia identidad. Esto hace que no te avergüences de tus errores ni busques justificar tus elecciones. Si eres impaciente, el bosque lo demostrará. Te corrige si eres arrogante. Si eres disciplinado, te recompensa. La acumulación de técnicas no es lo mismo que la formación del carácter. Cada fuego, cada refugio, cada noche fría sirve como una lección de autoconocimiento. Más o menos, el bushcraft no se trata de la supervivencia en la naturaleza, sino de la supervivencia fuera de uno mismo.


En AFSURVIVAL®, mantenemos una firme convicción en la superación constante. Me presento como Abel Fernández, guía de montaña y experto en rescate de montaña. Poseo diversas titulaciones que respaldan mis conocimientos, así como años de experiencia en formación ética y profesional. Esta es la narrativa de cómo la dedicación, la capacidad de recuperación y el liderazgo pueden transformar vidas, incluso en las circunstancias más adversas.
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